Lo que se esperaría de Mockus

3 Jun

Mockus podría partir de un axioma que le exigiera entender que los colombianos como agentes, individiduos o personas somos seres reflexivos y no simplemente idiotas que deben ser moralizados por un «genio» civilizador. En los pocos días de campaña que quedan, el señor Mockus, quien dejo de ser profesor hace ya muchos años, debería de humildemente asumir el papel que la historia de millones de colombianos de buena fe le otorgaron para realizar una actuación más decorosa que la que viene haciendo en nombre de un híbrido de partido verde que como ya hemos mencionado no representa los intereses del ambientalismo, ni colombiano ni mundial. Entonces señor Mockus, ¿por qué no aprovecha estos pocos momentos para enfatizar en temas que el discurso oficial triunfalista no aborda. La invitación es para que se deje de pendejadas y se dedique a tocar temas estructurales  y estratégicos partiendo del hecho de que en lo electoral usted ya esta derrotado. La oportunidad que tiene, y que muchos colombianos más inteligentes que usted no pueden gozar, es el de acceder a los medios de comunicación para comunicar los principales vectores del pensar. Los medios de comunicación nos imaginamos deben de estar felices ante tanta frivolidad que sale de su boca. Dedíquese a comunicar cosas inteligentes y no payasadas.  Me da vergüenza como profesor universitario que soy, el que los colombianos se imaginen que la academia produce personas tan poco estructuradas como el señor Mockus. Como académico que fue, lo único que podemos pedirle los académicos profesionales es que sea más riguroso con sus planteamientos. Lo que nos ha demostrado su «performance» es la falta de conocimiento profundo que tiene usted sobre la realidad política, ambiental, cultural y social de la realidad colombiana.  Es muy curioso que el señor Mockus pretenda reducir la complejidad de la realidad colombiana, articulando opiniones muy alejadas del razonamiento académico que por fortuna en Colombia se expresa en el esfuerzo de miles de investigadores y académicos que luchan diariamente para tratar de hacer ciencia en un país como Colombia, donde el conocimiento científico no es valorado social ni institucionalmente. Entonces señor Mockus, ¡cuánto le agradeceríamos los colombianos para que en estos días que quedan de campaña, usted fuera la voz y el eco que le permitiera a la nación colombiana el conocer la forma de solucionar los problemas esenciales que aquejan a la nación! Es un ejercicio contingente, pero importante, incluso aun cuando usted ya esta derrotado. No actué aisladamente, ya de sobra sabemos que usted se cree un genio. Y por fortuna para la nación, usted ya esta derrotado. No me quisiera imaginar cuatro años con usted, jugando a los acertijos morales. Esa función la intentan cumplir mejor los curas. Le confieso que prefiero la virtud de Maquiavelo Santos a su discurso socrático platónico post-moderno. Entonces volviendo al tema: Miles de intelectuales inteligentes de Colombia, nunca podrán contar con un espacio comunicativo como el que usted tiene. Hace cuatro años los medios, gracias a las encuestas nos censuraron, hoy personajes como el magistrado Araujo, nunca pudo participar con la posibilidad de participar en un débate político porque las reglas de juego impuestas por los grandes medios de comunicación excluyen a los candidatos que no tengan una amplia representatividad en las encuestas. Por lo tanto, señor Mockus, ponga a pensar de verdad al país. Dedíquese a reproducir el conocimiento sobre los interesantísimos modelos y escenarios que la academia colombiana, empezando por la Universidad Nacional, le han venido ofreciendo al país en la ultima década. Hable con claridad sobre la importancia de la ciencia y de las revoluciones científicas que vienen dándose en el mundo  marcados por la llamada sociedad del conocimiento. Nos gustaría conocer su opinión sobre el significado de los cambios tecnocientíficos en la construcción de la paz y en la erradicación de la pobreza. ¿Cómo es que el Estado incrementará la capacidad de creación, de generación de riqueza y de organización empresarial? ¿Qué papel debería jugar el sector rural y campesino? ¿Cómo el Estado social de Derecho, impedirá el saqueo de los recursos naturales de Colombia, ante políticas regresivas como el código minero? ¿Cómo se dinamizará el sector informal de Colombia, y cómo se les ayudará a mejorar la calidad de vida a millones de colombianos desamparados y perseguidos por el Estado colombiano? ¿Cómo erradicará usted la corrupción en todos los municipios metropolitanos del país, dónde los procesos de connurbación atraen a los corruptos a las alcaldías?  Lo invitamos a visitar el municipio de Chía y ha escarbar un poco en la gestión de su alcalde. Y así sucesivamente con cientos de alcaldes del país, donde pareciera que ni las contralorías ni las procuradurías tienen control sobre las corruptelas que imponen alcaldes y secretarios de planeación que no tienen el respaldo legal para ejercer como alcaldes y se burlan permanentemente de la ciudadanía atracándolos en su patrimonio. Para finalizar, la invitación es para que en estos pocos días de campaña que le quedan, usted y sus asesores le brinden al país un discurso político basado en la pedagogía crítica y que contenga un análisis riguroso de lo que constituyen los problemas esenciales de la nación. No se haga el payaso, que dicho oficio es demasiado noble para ridiculizarlo por quien pareciera que no entendió las reglas del juego de las contiendas políticas. Escandalícenos inteligentemente; despliegue  su repertorio simbólico.

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